Author: Anna Alfaro
@storiesbyannalfaro
No podemos controlar qué nos pasa durante el día pero sí podemos controlar cómo lo empezamos y podemos decidir cómo nos tomamos aquello que nos sucede para llevar una vida balanceada.
Creo en el poder de los hábitos y rituales para gestionar el estrés, cuidarnos y vivir una vida más equilibrada y en balance.
Nuestras vidas, a día de hoy, están sometidas a cientos de estímulos, prisas, estrés, demandas...y nuestro cuerpo puede llegar a alcanzar la una fatiga suprarrenal. Durante este mes en todos los espacios de Superlativa se ha estado hablando de un modo muy profundo del estrés. No específicamente por lo que estamos viviendo ahora a raíz del Covid-19 sino por todo lo estresante que existe en nuestras vidas de base sin necesidad de añadidos como el coronavirus, que por supuesto es un gran elemento de estrés e incertidumbre. Es esencial cuidar de nuestro día a día, de nuestros hábitos, de los rituales que nos anclan al presente y que nos permiten mantenernos en equilibrio. Escucharnos para ver qué nos sirve y qué no, qué nos ayuda y que más bien nos complica las cosas, nos roba energía y nos entorpece el flow del día de un modo saludable y natural.
Los rituales diarios, especialmente los de la mañana, nos permiten encarar el día de otra manera y crear una vida balanceada. Despertarnos, conectar con nosotros mismos antes de encender teléfonos, revisar emails o salir corriendo a la calle. Eso te coloca en un lugar totalmente distinto y es muy importante cuidar de algo tan sencillo cómo eso. La gran mayoría de personas enciende el teléfono estando aún en la cama, revisa whatsapps, emails, instagram y responde incluso sin haber salido de entre las sábanas. Despertarse, levantarse, hidratarse… requiere de tiempo, de espacio, de no interferencias. Abrir los ojos y literalmente enchufarse a la tecnología y a las necesidades de otros que nos piden de todo a través de las pantallas, no es sano, no es natural, no es lógico lo único que estamos muy acostumbrados a ello y nos parece lo que toca pero no es así.
No debería. Lo bueno es que podemos hacerlo diferente.
Es cuestión de cambiar hábitos, que aunque parezca complicado, es mucho más sencillo y hacerlo, transforma totalmente tu actitud, mantiene tu energía a salvo, te permites concederte un espacio de escucha desde el que puedes ver cómo estás, qué necesitas y a partir de ello enfocarte hacia el día que tienes por delante decidiendo tú con conciencia qué y cómo quieres vivir tu día.
Por supuesto que hay obligaciones pero, ¿cómo quieres vivirlas? ¿Desde la rigidez, las prisas, la presión, el estrés… o desde una actitud más mindful en la que te puedas centrar en una única cosa a la vez, con más calma y presencia? Piénsalo.
Los rituales nos permiten bajar el ritmo de nuestra vida moderna. Juegan un gran papel en nuestras vidas y pueden ser compromisos sencillos y pequeños como meditar, practicar yoga durante 20 minutos, escribir, salir a correr por la mañana, leer, practicar el agradecimiento… Gestos amables cargados de intención que nos llevan a la pausa y a la observación, que nos anclan y hacen estar bien incluso cuando nada más lo hace. Los eliges para estar contigo, cuidarte, respetarte, escucharte, darte espacio y bajar el volumen de lo que pasa “ahí afuera”. Sin exigencia, sin presión. Y es importante que cada uno pueda encontrar los suyos.
Sobre todo creo que es importante entender que en cuestión de rituales, no se trata de complicarse la vida. Hay que buscar aquello que nos haga bien y traerlo con regularidad a nuestras vidas de un modo realista y sostenible. Sin demandas excesivas porque entonces abandonamos y nos frustramos. Que sean fáciles, adaptables, reales , factibles y que por supuesto, no supongan más estrés en nuestras vidas.
Algunos consejos para una vida balanceada
- Hazlo sencillo. Incorpora un ritual por vez. No quieras cambiar totalmente tus mañanas o tus días llenándolos de nuevos hábitos. Elige un ritual y empieza por este durante varias semanas y cuando esté bien arraigado en tu día, puedes empezar a introducir otro más.
- Hábitos alineados contigo y tu vida. Incorpora rituales que te gusten, que disfrutes, que te hagan sentir bien y que estén alineados con tu vida y valores.
- No te pidas demasiado, sé realista. Mejor empezar meditando 5 minutos e ir aumentando cuando vayas sintiéndote fuerte en la práctica que directamente pedirte 20 minutos diarios.
- Colócalos dónde mejor los sientas. Nuevamente, hazlo sencillo, hazlo fácil. Coloca tus nuevos hábitos en esos momentos que sean mejores para hacerlos. No intentes encajarlos en sitios imposibles.
“Creo en la belleza de incorporar en nuestras vidas rituales y hábitos que nos eleven, que nos conecten con nosotras mismas, que nos permitan escucharnos, conocernos cada vez más y hacernos sentir plenas y en nuestro centro, con mayor plenitud y bienestar. Aquí no hay milagros. Son propuestas y herramientas que en la medida de cómo y cuánto estén presentes en tu vida, pueden tener grandes efectos maravillosos. Se requiere de compromiso, de perseverancia, confianza… Pero con el tiempo, con la práctica, todo ello nos suma, nos eleva y nos ilumina aún más si cabe”, pequeño fragmento de Essentia, mi ebook de rituales y prácticas diarias de bienestar.