Por Laura Llacuna, Ph.D., Asesora Médica en Superlativa
Las investigaciones han demostrado que existe una fuerte conexión entre nuestro cerebro y nuestro tracto digestivo al que ya muchas veces se le refiere como “segundo cerebro” a través del sistema nervioso central.
La parte del sistema nervioso central que sirve al tracto gastrointestinal, llamada sistema nervioso entérico, establece una conexión directa entre el cerebro y el sistema gastrointestinal. En situaciones estresantes o que provocan ansiedad, puede hacer que los procesos fisiológicos normales se interpreten como dolorosos.
Cómo afecta el estrés a tu digestión
El estrés y la ansiedad pueden provocar una amplia variedad de síntomas gastrointestinales, como hinchazón, náuseas y heces blandas. Cuando estás estresado, el sistema nervioso envía señales a tu intestino, que activa la respuesta de “lucha o huida”, alterando el ritmo digestivo normal.
Además, el estrés reduce la producción de ácido en el estómago, lo que impide una correcta digestión de las proteínas. Como consecuencia, las bacterias proteolíticas del intestino tienen que intervenir en exceso, lo que puede provocar un sobrecrecimiento bacteriano y un desequilibrio en la microbiota.
La baja acidez estomacal también inflama el intestino delgado y dificulta la absorción de ciertos azúcares, que acaban fermentando y generando distensión abdominal y malestar.
El papel del intestino: más que una digestión
El intestino cumple funciones mucho más complejas que la simple digestión. Alberga la microbiota intestinal, una comunidad de microorganismos clave para mantener la integridad de la mucosa intestinal, la absorción de nutrientes y la producción de neurotransmisores como la serotonina y el GABA, fundamentales en la regulación emocional.
Esta relación entre intestino y cerebro es bidireccional y está mediada por vías neuronales, inmunes y hormonales. El estrés crónico puede alterar esta comunicación, influyendo negativamente en la composición de la microbiota y generando una mayor sensibilidad intestinal. Este desequilibrio, conocido como disbiosis intestinal, puede favorecer procesos inflamatorios y contribuir a la aparición de síntomas digestivos y alteraciones en el estado de ánimo.
Estudios recientes sugieren que los probióticos y alimentos fermentados pueden ejercer un efecto modulador sobre la ansiedad, especialmente en personas con rasgos de alta sensibilidad emocional, como el neuroticismo. En estos casos, un mayor consumo de fermentados se ha asociado con menores síntomas de ansiedad social.
Además, investigaciones apuntan a que una microbiota diversa en etapas tempranas de la vida es crucial para el desarrollo saludable del eje del estrés. La falta de exposición a microorganismos beneficiosos —como plantea la “hipótesis de los viejos amigos”— podría estar vinculada al aumento de trastornos inflamatorios y emocionales en la actualidad.
Cuidar el equilibrio de la microbiota intestinal, por tanto, no solo favorece una buena digestión, sino también una mejor gestión del estrés y el bienestar emocional a largo plazo.
El error de evitar alimentos sin tratar la raíz
La solución no es dejar de ingerir los alimentos que producen inflamación o a los cuales creemos habernos hecho intolerantes, sino ver la causa subyacente: la falta de secreción de enzimas digestivas, consecuencia directa del exceso de estrés.
Abordar solo el síntoma no es suficiente. Es fundamental tratar el origen del problema para restaurar una digestión saludable.
Claves prácticas para cuidar el eje intestino-cerebro
Modular el estrés y adoptar rutinas digestivas adecuadas puede reducir significativamente los síntomas gastrointestinales asociados a la ansiedad.
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Dejar pasar un mínimo de 4 horas entre comidas.
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Priorizar alimentos fáciles de digerir: caldos, verduras al vapor, pescado blanco, huevos.
- Evitar carnes rojas, salsas y productos procesados.
- Mantener una buena hidratación, al menos 1,5L al día.
- Realizar ayunos nocturnos de al menos 12 horas.
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Practicar respiraciones profundas de forma regular.
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Apoyarse en complementos naturales como Digest On, con ingredientes que abordan los problemas de digestión, hinchazón y gases.
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Incorporar adaptógenos como la Ashwagandha en fórmulas como Superlativa Daily, para regular el estrés y la ansiedad.
Superlativa Daily – Electra & Digest On Duo
Restablece el equilibrio
Cuidar la salud digestiva en momentos de ansiedad requiere entender la interacción entre cuerpo y mente. Abordar el estrés como causa subyacente, y no solo los síntomas digestivos, permite intervenir de forma más eficaz y sostenible. Con pequeños gestos diarios y el apoyo adecuado, es posible recuperar el equilibrio y favorecer una digestión saludable.
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